Juvenil

Te doy una canción

"Te doy una canción si abro una puerta..." , cantaba Silvio Rodríguez. Y alguno habrá por ahí que aún recuerde a este buen hom...


"Te doy una canción si abro una puerta...", cantaba Silvio Rodríguez. Y alguno habrá por ahí que aún recuerde a este buen hombre que tantas veces nos cantó. Sus palabras me valen para iniciar el texto: son una excusa perfecta, la bandera que izar, el himno que entonar...

Escribo desde la distancia que sólo da el tiempo, casi sin apelar al recuerdo, pasando olímpicamente de nombres y fechas, desmemoriado a medias, a tientas sobre algunos fragmentos de mi vida, tan lejanos ya que me ponen de los nervios al susurrarme que casi toco con la punta de los dedos el medio siglo de existencia...

Hace calor, como cada tarde. El bullicio es parte del decorado; sería extraño un momento de silencio. La ilusión no cabe en el pecho, sale bailando por los ojos de algunas caritas. La sonrisa está nerviosa, suda sin pudor alguno. Las manos se hacen un lío, una sobre otra, hasta volver blancos los nudillos. Un pie hace esfuerzos titánicos por marcar el compás.

La música está sonando...

Fueron muchos los pequeños artistas que se subieron al escenario para "regalarnos una canción". El Festival del Oratorio ha pasado por diferentes momentos, todos distintos, todos iguales, cada cual con su gracia. Mucha fue también la gente que se dejó la piel por que todo saliera adelante: elegir las canciones y los intérpretes, elaborar partituras, ensayar la base instrumental, preparar el escenario, el guión de los presentadores.... ¡Y a cantar, a cantar, a cantar!

Desde sus inicios, la música fue clave en el Oratorio. Aún hoy lo sigue siendo... ¡Qué bueno dejar salir del corazón lo que uno siente, gritarlo a los cuatro vientos, compartirlo con los demás! ¡Y no hay más! (ni menos). Siempre quisimos dar una oportunidad a la emoción, a la pasión, a la expresión.

Nunca importó demasiado que de vez en cuando se escapase una nota desafinada o saltase la cuerda de una bandurria. Tampoco nos tiramos de los pielos si el cantante perdió el ritmo mientras saludaba a su abuela que, en primera fila desde dos horas antes del comienzo del Festival, devolvía el gesto, orgullosa, con dos kilitos más. No era prioritario que la presentadora leyese del tirón, sin un solo error, el texto preparado.

Sólo quisimos dar una canción, abrir una puerta, regalar el alma, lanzar a la noche oratoriana un sentimiento, soplar las velas con los ojos cerrados, como hacen los niños.


Este es el artículo que escribió D. Pedro García Fernández para la edición especial de la revista "Caminando" que la Asociación de Antiguos Alumnos y Antiguas Alumnas de Don Bosco de Pozoblanco ha editado con motivo del 75º aniversario de su fundación.

Hoy publicamos su texto en nuestro blog, pues nos viene de lujo para los momentos previos del evento organizado para esta noche, y del que ya hablábamos aquí:

COPLAS QUE VAN Y VIENEN. Versiones, inversiones, conversiones y perversiones.
Esta noche, 22 de julio, a las 22:00 horas, en el Oratorio Salesiano.

No hay mucho más que contar, solo CANTAR. Os esperamos.

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