Don Bosco y su primer Oratorio
...abril, mayo, junio, Oratorio, agosto, septiembre... Es el mes de julio para cuantos respiramos en ambiente salesiano mes en el que se p...
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...abril, mayo, junio, Oratorio, agosto, septiembre...
Es el mes de julio para cuantos respiramos en ambiente salesiano mes en el que se ponen en marcha Oratorios, Actividades de los Centros Juveniles, Campamentos, Campos de trabajo... Un sinfín de actividades para extender el regalo de Don Bosco.
Dedicaremos unas letras a entender cómo comenzó todo con aquel soñado primer Oratorio.
Es el mes de julio para cuantos respiramos en ambiente salesiano mes en el que se ponen en marcha Oratorios, Actividades de los Centros Juveniles, Campamentos, Campos de trabajo... Un sinfín de actividades para extender el regalo de Don Bosco.
Dedicaremos unas letras a entender cómo comenzó todo con aquel soñado primer Oratorio.
El Oratorio que había soñado Don Bosco, se inició el 8 de diciembre de 1841 con una sencilla catequesis. Pero no le fue fácil encontrar el lugar definitivo donde desarrollar sus sueños. Ese día también comenzó la fase nómada del Oratorio a través de Turín:
Primero, en algunos espacios de la citada iglesia de San Francisco de Asís y en los patios del Instituto Pastoral de don Calosso. Después, pasó con sus muchachos al Internado para niñas de la Marquesa de Barolo, del que fue Director Espiritual y donde predicaba y confesaba. Más tarde y sucesivamente, recorrió varias iglesias, dentro y fuera de la ciudad, un cementerio, algún prado… Y, por fin, en abril de 1846, le ofrecieron en alquiler un cobertizo y una franja de tierra: el “Cobertizo Pinardi”. Una nueva fase de su sueño comenzaba para él y sus muchachos.
Este cobertizo y las habitaciones de la casa adjunta, que fue alquilando progresivamente, estaban ubicadas en Valdocco, un barrio a las afueras de Turín. Allí sería donde Don Bosco centraría el desarrollo de su apostolado. Las adaptaciones del edificio y el terreno para el Oratorio fueran hechas por él mismo y sus muchachos. El cobertizo se convirtió en capilla, que fue bendecida por el arzobispo de Turín. Y el número de muchachos fue en aumento.
La intensidad de su trabajo desinteresado en favor de sus muchachos, deterioró bien pronto la salud de Don Bosco, que estuvo a las puertas de la muerte. Después de pasar un periodo de descanso en su casa de I Becchi, regresa a Turín. Pero no regresaba solo: con él traía a su madre, Margarita Occhiena, que con 58 años de edad venía a echar una mano al sueño de su hijo. Los muchachos, muchos de ellos huérfanos, comenzarían a llamarla «Mamá Margarita» y con ese nombre será recordada por la tradición salesiana.
El Oratorio de Don Bosco se desarrolla entonces como una escuela donde los muchachos podían aprender un oficio útil, una iglesia donde asistir a los sacramentos y un patio para jugar sanamente con los amigos. Desde el principio Don Bosco puso en el centro de su obra la figura de San Francisco de Sales como modelo de amabilidad, dulzura y espiritualidad religiosa. Visitaba los lugares donde trabajaban sus muchachos para garantizar que no fueran víctimas de explotación, buscaba trabajos dignos para muchos de ellos y hacía que los patronos firmaran con él contratos que garantizaran los derechos de los muchachos y jóvenes, anticipándose así a la legislación laboral internacional.
En mayo de 1847 comienza una nueva dimensión en el Oratorio. Hasta entonces los muchachos tenían que buscarse por su propia cuenta el lugar donde dormir, muchos de ellos lo hacían en la calle. Con un muchacho huérfano que le pidió posada, Don Bosco y Mamá Margarita, inician el internado en Valdocco. Para 1869, había ya 375 internos y eran más de 800 los muchachos que habían pasado por el internado en años anteriores.
La primera experiencia de extensión de su apostolado la vivió en la misma Turín, cuando ese mismo año abre el Oratorio de San Luis en Porta Nova y el del Ángel de la Guarda en Vanchiglia dos años después. La idea de crear los talleres dentro del Oratorio nace de la necesidad de sacar a los muchachos de los trabajos en los talleres y la construcción. A partir de 1853, comienzan a funcionar en sus oratorios talleres de calzado, sastrería, carpintería, imprenta y metalistería.